Últimamente se ha puesto de moda unir dos aficiones muy
recomendables, la fotografía y la gastronomía. De este maridaje, por utilizar
terminología gastronómica, surge la “Foodie Photography” o fotografía
gastronómica.
Es muy común ir a un restaurante y ante un plato bien
preparado o simplemente por la sana
intención de despertar las envidias de seguidores y amigos en las redes
sociales, hacemos una foto, generalmente con nuestro Smartphone.
La siguiente fase es hacer la foto con nuestro teléfono pero
adornándola con filtros de Instagram que así “farda” más. Poco a poco el
teléfono se queda corto y entonces hacemos lo mismo con nuestra cámara, es
entonces cuando nos hemos convertido en un fotógrafo “Foodie”.
Para sacar un mayor partido a tus fotos y para no acabar
siendo el molesto comensal de la mesa de al lado, vamos a dar una serie de
consejos útiles:
1. No uses el flash.
Esta es una consideración general, recomendable si como
cliente es está rodeado de comensales y no se quiere llamar demasiado la
atención.
Por regla general en los restaurantes no abunda la luz, es
un método para ofrecer un ambiente íntimo, por este motivo parece razonable el
uso del flash para iluminar el plato como se merece. Pero usando el flash de
modo convencional conseguirás dos cosas, una imagen horrible llena de brillos
no deseados y falta de volumen; y lo que es peor, molestarás a la gente que te
rodea. Si la gente no es problema, se cuidadoso a la hora de usar flash, usa
difusores, rebota la luz, usa varios flashes…. Haz lo que quieras pero que el
resultado sea una luz suave y uniforme.
2. Dispara poco y bien.
Insistimos en el hecho de que estamos en un recinto con más
gente, que a buen seguro quieren disfrutar de un ambiente relajado y de un plato
que quizás les vaya a costar un riñón. Piensa que hasta al más tranquilo se le
puede indigestar el chuletón si le acompaña de muchos
claclaclaclaclaclaclaclacla de guarnición. Dispara poco, piensa en lo que vas a
hacer y cuando estés seguro haz la foto.
En la fotografía gastronómica hay tres elementos clave para
obtener una buena foto: la presentación del plato, la iluminación y la
composición fotográfica.
La regla de los tercios, sección áurea o la utilización de
los platos con sus formas geométricas básicas, para encuadrar el alimento
pueden realzar la imagen.
4. La profundidad de
campo.
La fotografía culinaria comparte muchas características con
la macrofotografía, la principal es la carencia de casi toda profundidad de
campo. Ten cuidado, un desenfoque puede ayudar en la composición porque
difumina elementos que pueden distraer de la atención de los elementos
principales de la imagen; pero también pueden generar molestos desenfoques en
algún elemento importante del plato. No es necesario usar un objetivo macro
para esta clase de platos pero a veces puede ayudar.
5. Publica sólo buenas
fotos.
Puede parecer una perogrullada pero las redes sociales están
infestadas de platos perpetrados por gente que parece odiar la fotografía. Si la
foto no sale bien, cosa que nos puede pasar a cualquiera, no pasa nada, comemos
3 veces al día y oportunidades para practicar nunca van a faltar.
Bon Apetit.